domingo, 23 de octubre de 2011

Para muchos un sólo deporte, para mí un sueño, un sentimiento muy profundo.

Hoy, buscando entre viejas cajas la ropa de invierno, he encontrado un baúl, no uno cualquiera, un baúl que al abrirlo me recuerda a esa espina que sigo y seguiré teniendo clavada en el pecho desde hace mucho tiempo y que no consigo quitarme de aquí, jugar en mi posición de defensa, vestir una camiseta representando a mi localidad, a mi equipo, que cada sábado por la mañana, por la tarde o por la noche, note los nervios, el cómo me tiemblan las piernas al salir al césped, sin embargo, todo el esfuerzo que realizé desde Febrero hasta Agosto, no sirvió de mucho, una lesión de última hora en el cuádriceps derecho me dejó tocado e incluso realicé las pruebas para entrar al Juvenil de primer año sin estar totalmente recuperado, me dí cuenta de que el fútbol se basa en sentirlo, en mejorar en cada día, en cada entrenamiento, se basa en la unión de los jugadores, el quedarte afónico al marcar un gol, a sentirte el chico más feliz de la tierra al marcar un tanto, eso es sentirlo, cuando no me hicieron la ficha, mi corazón y mi mundo se paró por completo, como si parasen todos los relojes del mundo, sin que nadie se moviese, la ilusión se esfumó en un abrir y cerrar de ojos, al abrir ese baúl, vi lo que fue mi pasado, sí... en su día llegué a estar en la cumbre, pero no sentía el fútbol tanto como lo siento ahora, ahora, queda otro año de preparación para ver si el año que viene, como última oportunidad pudiera entrar y poner en marcha mi potencial para cumplir un sueño, el luchar por un escudo, un equipo, una ciudad, de tu categoría, es el arte, el arte del fútbol.

No hay comentarios:

Publicar un comentario